He ido de vacaciones a GALICIA.
No veas el jaleo para organizar el viaje, elegir hotel, itinerarios, mapas, mirar rutas en el ordenador, comprar ropa...
Destino Galicia, concretamente La Guardia o en gallego A Guarda. Nada menos que a mil kilómetros de distancia de donde vivo, no importa, iba con mi nuevo coche, ¡como luce!. Salí a las cinco de la madrugada, las carreteras son buenas, autovías, autopistas, y yo con unas ganas locas de ver cosas, de ver la Galicia soñada. ¡Que madrugada mas hermosa, con la temperatura justa. ¡ Hasta una estrella fugaz se animo a compartir mi viaje. Llegué a La Guardia sobre las seis de la tarde, el hotel bonito, acogedor, tal como se veía en el folleto. Hice varias paradas, pero no importaba, también disfrute de ver cosas nuevas por el camino. Voy a pasar una semana de vacaciones a tope.
He ido a Portugal, visité un pueblo que se llama Camiña, precioso, parece que el tiempo se ha detenido en ese lugar, me gustó mucho, he tenido que ir en ferry, que bien lo he pasado. Otro día fui a Vigo, las calles estrechas, con muchas subidas y bajadas, parecía un tobogán, y con mucho tráfico. Es una capital grande.
He visitado las Islas Cíes, el paisaje, ¡precioso!. He comido marisco del bueno, fresco, abundante, todo un placer. La gente toda amabilidad, da la sensación que no tengan prisa, hablan como si midieran el tiempo, pensando las frases, su voz suena dulce, acariciadora. He subido a un monte en La Guardia, he visitado la ermita de Santa Tecla, desde ahí se ve un paisaje impresionante. He visto ocultarse el sol en el mar, es un espectáculo digno de ver, el mar se tiñe de rojo intenso, parece un lienzo.
Hoy ha amanecido con niebla, pero era una niebla distinta a la de aquí donde vivo, veía desde el balcón del hotel como oleadas de humo, la niebla tenía un aspecto fantasmagórico, seguro que allí estaban todas las "meigas" con el pelo al viento soplando oleadas de niebla. ¡Esta imaginación, me pierde!.
He ido a una playa cuya arena era negra, pero al tocarla se convertía en dorada, las manos y el cuerpo se llenaban de esa arena de oro. Creo que el mar saca todo el oro que lleva en su corazón y lo deja en la playa para que todos lo disfrutemos.
Por último he ido a Santiago de Compostela. Ha valido la pena. He visitado la Catedral, su plaza del Obradoiro, la había visto tantas veces por la televisión en reportajes, que parece que ya la había visitado., es bonita, distinta, pero como digo "conocida".
He comido en Santiago, he recorrido sus calles, buena comida, buen vino.
He traído la tarta típica de Santiago, unas botellas de Albariño y una figura del Santiago Apóstol, que las hacen de las mismas piedras de la catedral, ha sido una semana aprovechada al máximo. ¡Menudo viaje!.
He prometido volver.
La verdad que el viaje la han hecho mi hija y mi yerno, pero me lo han explicado también, que parece que he ido yo. Han sido tan felices... Siempre les digo: Vosotros me contareis todo lo que veáis y yo así, también habré estado allí. ¡ Gracias!
Sí, he viajado a Galicia.
María Luisa.
lunes, 14 de julio de 2008
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