Los fines de semana no tengo obligaciones, son míos solo míos.
Que paradoja al tener más tiempo para mí, también tengo más momentos para pensar; sentir los vacíos, las ausencias, me agobia el silencio, necesito hablar, aturdirme con las palabras, tararear alguna canción, escuchar canciones de mi época, volver atrás, (me digo porque te mortificas), no quiero que mi mente se quede quieta, porque los silencios me duelen.
- A veces intento leer pero no me concentro.
La mayoría de los domingos voy a comer a casa de mi prima Mercedes, allí me encuentro a mí "cariño" Manuel, su nieto, y mí medio-nieto, todo dulzura, alegría.
Este fin de semana los aragoneses tenemos un puente largo, largo, todos a casi todos buscan un lugar para salir, abandonar la rutina...
- Quedamos en casa los de siempre-.
Es curioso, durante la semana tengo menos tiempo, comida con mi hija, el fin de semana es solo para ellos ( su marido y ella), compras, relajación, yoga, tomar un café con las amigas, es entonces cuando me apetece leer, encuentro un momento para volver al libro que he empezado, aún que sea solo un capitulo.
¡ No hay quién me entienda...!
Otras veces hago pequeños viajes, me invento una ruta, pueblos cercanos que debido a su cercanía nunca he visitado, descubro, cosas interesantes, tiendas que el fin de semana están abiertas, siempre compro algo por pequeño que sea, degusto platos típicos.
Si el tiempo no es bueno me dedico a visitar a mis amigos del blog, algunos ya los conozco, aparece su fotografía en él, otros sin embargo intento ponerles cara, imagino como serán, como es su vida, sus sentimientos.
¡Que mundo he descubierto...! Un mundo lleno de posibilidades.
Solo pulsar una tecla, y ahí están para acompañarme, para compartir un poquito de su tiempo...
María Luisa.
sábado, 11 de octubre de 2008
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9 comentarios:
Hola, María Luisa, yo también estoy por aquí,candadísima de la semana de trabajo y de la mañana de limpieza, con mil cosas por hacer y agotada de antemano por la perspectiva de las ferias (con críos pequeños, ya sabes, no te libras:-)pero también me paseo como tú por este mundo raro. Como en el de verdad, hay auténtica belleza y sucedáneos, y auténticos horrores. Pero siempre hay gente a la que te gusta saludar, sin más pretensiones que decirse "hola" y tal vez animarse un poco.
Mi querida Betty, que felicidad tener críos pequeños y disfrutar como otro crío más, y además en ferias..., agarra esos momentos. Siente, Vive, Disfruta. Piensa que crecen muy deprisa. Besos a tus críos.
Gracias por tu cariño,comprensión.
¡FELICES FIESTAS!
Muchos besos.
Me ha encantado tu descripción de cómo te inventas nuevas rutas, nuevos paseos, y cómo encuentras pequeñas cosas allá donde vas.
Por eso mismo te dediqué aquel parrafito de Mihura ayer (día 10).
"Muases", y que tengas un puente lleno de descubrimientos!
He leido lo que me dedicas en tu blog, ¡GRACIAS!. Voy hacer lo que me dices, respirar, ver todos las gamas de colores, sentir, y dar las gracias por seguir.
Todos Maria Luisa tenemos nuestros pequeños refugios...escribir,leer,salir a pasear y observar a la gente...haces bien en tener esos refugios cuando te sientes sola,aqui estamos todos para acompañarte igual que nos acompañas tu.
Que afortunada me siento Mª Teresa.
He encontrado en todos vosotros, apoyo, cariño, palabras de ánimo.
Os considero "mi familia" que añado a la que ya tengo.
Me siento querida.
¡Se puede pedir más!
Gracias por acompañarme en esta aventura.
Un beso grande grande.
Hola Maria Luisa, un mundo nuevo de posibilidades y donde las fronteras no existen, podemos viajar y estar en diferentes partes del mundo.
Que tengas una buena semana
Abrazos
Me asomo por tu blog y me alegro de encontrarte tan activa. Todavía se me resiste a veces la tecnología y no encuentro algún comentario que te hice días atrás. Quiero que sepas que te visito con frecuencia, como quien va a casa de una amiga. Valoro tu visión positiva de la vida y me parece muy generoso que lo compartas con todos nosotros.
Un besazo,
Esther
Mí querida Esther, ¡ Que alegría!, pasa cuando quieras será como si charláramos un poco, (o mucho) tomándonos un café.
Te quiero. ¡GRACIAS!
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